jueves, 1 de septiembre de 2011
Táctica #1 del enemigo: la intimidación
domingo, 3 de julio de 2011
Oportunidades que no volvieron
no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. (Hebreos 12:16-17)
A todos en alguno momento nos ha dejado la guagua, el tren, el bus o un avión.
Supiste hoy del cliente con el cual harías la comisión record, sin embargo ese mensaje estaba en tu buzón de voz desde hace tres meses, por lo que se perdió ese negocio
Hay oportunidades que son cíclicas, si las dejas pasar, tarde o temprano so volverán a presentar, otras no.
A veces quisiéramos tener una máquina para volver atrás en el tiempo. Que haya algún botón de “undo” para corregir errores cometidos.
- Si me hubiera casado con fulano
- Si hubiera ahorrado para mi vejez
- Si me hubiera llevado del consejo de papá.
En muchas ocasiones no sabemos cuándo será la última oportunidad de salvarnos, por lo que es sensato aprovecharla. No ser holgazán, dar el paso.
Algunos casos bíblicos de oportunidades que no volvieron.
- Oportunidad de hacer historia
- La oportunidad de ser parte de algo grande
- La oportunidad de contribuir al avance de la obra de Dios
- La oportunidad de recapacitar.
- La oportunidad de salvación.
Veámosla una por una.
La oportunidad de hacer historia. El caso de fulano
Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. (Rut 4:01)
Noemí y Rut necesitaban que alguien ejerciera el derecho de Levirato. Una práctica muy común en tiempos bíblicos, pensada con el objetivo de garantizar la permanencia de las propiedades entre las familias y además mantener vivos linajes y nombres.
Había dos candidatos, uno se llamaba Booz y el otro Fulano. Si! La Biblia no registra el nombre de ese tipo, pues por asuntos particulares el rechazó ejercer el Levirato dándole el paso a Booz.
Booz vino a ser parte del árbol genealógico del Rey David, y por ende de Cristo. Booz hizo historia, a Fulano, ni el nombre se le recuerda. Perdio su oportunidad de ser parte de la historia.
La oportunidad de ser parte de algo grande. El joven rico.
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. (Mateo 19:21)
Este joven tenía una pregunta que lo mortificaba. ¿qué bien haré para tener la vida eterna? (Mateo 19:16)
No estaba seguro de su salvación a pesar de ser religioso y tener dinero.
Se le presenta el chance de su vida, preguntarle directamente al Maestro Jesús.
¿Qué era lo que tanto anhelaba este joven? ¿Cuál era su sueño? Pensamos que él quería heredar la vida eterna.
Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? (Mateo 19:17-20)
Jesús le dice, mira qué bien! Hay una vacante para ti en mi proyecto, en mi orquesta. Vende lo que tienes y VEN, SIGUEME. Invitación directa para cumplir su sueño de heredad la vida eterna. Invitación a ser parte de la iniciativa de salvación más grande que el mundo haya visto.
Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Mateo 19:22)
Dejó ir la guagua/bus. Desperdició su chance de ser parte de los discípulos de Jesús. Una oportunidad que no volvió.
La oportunidad de contribuir a la obra de Dios. El caso de Ananías.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. (Hechos 5:3-4)
La iglesia estaba en expansión.
Qué lindo es poder contribuir con una iglesia o proyecto que está avanzando.
El obstáculo que presenta el amor al dinero. ¿De qué sirve la riqueza si no estás dispuesta a servir o ayudar a otros? ¿Para qué Dios permite que tu manejes tanto dinero? ¿Para comprarte una Louis Vuitton solamente?
Por su amor al dinero, Ananías perdió la oportunidad de disfrutar la bendición de ver cómo su contribución se convertía en un gran apoyo a una iglesia en franco crecimiento.
La oportunidad de recapacitar…… y arreglar su vida. El caso de Judas.
Jesús había anunciado su traición 3 veces. El día de la cena le da el último chance al traidor. Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. (Lucas 22:21)
Ahora es fácil para muchos apoyar la teoría de que Judas estaba predestinado para ese rol porque lo leemos como parte de la historia. Pero si nos colocamos en ese momento en el tiempo cuando Jesús abiertamente dice quién lo va a entregar yo me pregunto ¿Qué fuerza tan grande impedía a Judas caer de rodillas y decir: Maestro soy YO? ¿Porqué perdió esa oportunidad? Sin duda fue su última.
La oportunidad de salvación. El caso del rico.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. (Lucas 16:24-26)
¡Sálvame que me estoy quemando! ¡Haz algo por mí! Ya no hay más oportunidad para ti varón. Tantas veces que escuchaste mensajes de salvación y dejaste pasar la oportunidad.
Amigos, no sabemos cuándo será tu última oportunidad de salvar tu alma.
Si no hubiera fumado tanto, mi salud fuera otra. Son hubiera desperdiciado mi tiempo, hoy fuera profesional. Si no hubiera gasta tanto dinero en apuestas y vicios hoy tuviera una casa propia. Son frases tristes que se escuchan con una frecuencia impresionante.
Pero hoy hay esperanza. No esperes llegar al punto de decir: “Si me hubiera convertido a Cristo……”
¿Vas a dejar perder esta oportunidad?
Si quieres aceptar a Cristo hoy solo tienes que con fe y sinceridad orar una simple oración:
Señor Jesús, reconozco que soy un pecador. Perdóname, lávame con tu sangre y hazme una nueva criatura para ti. A partir de hoy te declaro mi Señor y Salvador. Dame fuerzas para serte fiel hasta el final. En el nombre de Jesús. Amén.
Te invito a que empieces a asistir a una iglesia cristiana donde se enseñe la Biblia. Si quieres contarme lo que te ha pasado, escríbeme: lahorafeliz@hotmail.com
Twitter: @josueceballo
lunes, 20 de junio de 2011
Un Mal Peor - Video Mensaje
http://www.ustream.tv/recorded/15489150
Bendiciones.
jueves, 2 de junio de 2011
L, t t l y A
sábado, 9 de abril de 2011
Lo que le hizo falta a Adán
Según Génesis 2:8-15, podemos deducir que el huerto del Edén tenía todo lo que uno pudiera aún hoy pedir.
- Ambiente agradable y seguro
- Frutos buenos y apetecibles, agradables a los sentidos
- Agua suficiente
- Oro fino (v.12)
- Ayuda idónea. (v.23)
Adán lo tenía todo.
Pero como nos ha pasado a muchos de nosotros, sin excusas el primer hombre cayó, desobedeció el mandato divino.
Génesis 3:6-7
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Las únicas palabras registradas en la Biblia que pronunció Adán fueron las siguientes:
“Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”(V. 10)
Y
“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.” (V.12)
Pongamos por un lado a Adán y veamos el paralelismo siguiente. El relato del Hijo Pródigo.
Lucas 15:11-13
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
El hijo pródigo, sin excusa, cae. Optó por vivir la vida loca, esa fue su fruta prohibida. De acuerdo con el versículo 15 del mismo capítulo, vemos cuan bajo cayó este joven.
Sin embargo, algo espectacular sucede. Vuelve en sí.
Lucas 15:17
Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Oh! Cuanta falta le hace a mucha gente “volver en sí”. Reconocer su error. Reconocer que marcha mal y que necesita un cambio.
Algunos dicen que lo más difícil para aquel que necesita un cambio radical en su conducta es reconocer que es un alcohólico, drogadicto, apostador empedernido y que necesita ayuda. Confesar con su boca: “yo soy un pecador”.
El hijo pródigo reconoce que necesitaba PEDIR PERDÓN! (V.18)
¿Qué difícil resulta a veces pedir perdón?
Es un acto que requiere humildad.
Es más fácil presentar excusas o culpar a otros por el error. Ha sido más fácil desde el inicio mismo.
“…………La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”
Ahora bien, ¿Por qué pedir perdón?
- Con el perdón se abren las puertas del reencuentro y la restauración.
- Sana heridas. Trae paz.
- Trae avivamiento.
- Es la clave para acercarnos a Dios.
Qué triste es notar cómo muchos prefieren pasar hambre y no pedir perdón.
¿Cómo se pide perdón?
Aprendamos de la estrategia usada por el hijo pródigo.
Lucas 15:18-19
- Me levantaré. Lo cual constituye una actitud activa. Toma la iniciativa.
- Regresaré. A pesar de la vergüenza que pueda sentir. De los comentarios que se puedan levantar. De las burlas de aquellos que me vieron salir de mi casa con fortuna y vestidos de príncipe y que ahora me verían con en bancarrota y andrajoso.
Sin importarle nada de eso, inició el camino de regreso. El retorno a casa.
Entendemos que la vergüenza es un factor que explica porque muchos descarriados no vuelven a Jesús.
El hijo pródigo utilizó la fórmula perfecta: Arrepentimiento y confesión.
“Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.”
Recordemos por un instante el gozo que produce el ser y sentirse perdonado.
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.” Salmo 32:1
En vez de castigo, vida eterna! En vez de condenación, me espera la gloria!
¿Quién no necesita pedir perdón?
Todos tenemos algo de pródigos. ¿Cuántos hijos pródigos ahora mismo están desperdiciando y consumiendo sus bienes, su vida en gastos inútiles, en opciones pasajeras sin medida y sin razón?
No esperes mañana, inicia hoy tu reencuentro con el Padre.
¿Dónde pido perdón? Ahí donde te encuentras. Reconoce que estás mal. Acepta que necesitas arrepentirte. Confiesa tus pecados a Dios. Vuelve a casa.
¿Qué le hizo falta Adán? PEDIR PERDÓN.
Que no te falte a ti nunca el pedir perdón.