no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. (Hebreos 12:16-17)
A todos en alguno momento nos ha dejado la guagua, el tren, el bus o un avión.
Supiste hoy del cliente con el cual harías la comisión record, sin embargo ese mensaje estaba en tu buzón de voz desde hace tres meses, por lo que se perdió ese negocio
Hay oportunidades que son cíclicas, si las dejas pasar, tarde o temprano so volverán a presentar, otras no.
A veces quisiéramos tener una máquina para volver atrás en el tiempo. Que haya algún botón de “undo” para corregir errores cometidos.
- Si me hubiera casado con fulano
- Si hubiera ahorrado para mi vejez
- Si me hubiera llevado del consejo de papá.
En muchas ocasiones no sabemos cuándo será la última oportunidad de salvarnos, por lo que es sensato aprovecharla. No ser holgazán, dar el paso.
Algunos casos bíblicos de oportunidades que no volvieron.
- Oportunidad de hacer historia
- La oportunidad de ser parte de algo grande
- La oportunidad de contribuir al avance de la obra de Dios
- La oportunidad de recapacitar.
- La oportunidad de salvación.
Veámosla una por una.
La oportunidad de hacer historia. El caso de fulano
Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. (Rut 4:01)
Noemí y Rut necesitaban que alguien ejerciera el derecho de Levirato. Una práctica muy común en tiempos bíblicos, pensada con el objetivo de garantizar la permanencia de las propiedades entre las familias y además mantener vivos linajes y nombres.
Había dos candidatos, uno se llamaba Booz y el otro Fulano. Si! La Biblia no registra el nombre de ese tipo, pues por asuntos particulares el rechazó ejercer el Levirato dándole el paso a Booz.
Booz vino a ser parte del árbol genealógico del Rey David, y por ende de Cristo. Booz hizo historia, a Fulano, ni el nombre se le recuerda. Perdio su oportunidad de ser parte de la historia.
La oportunidad de ser parte de algo grande. El joven rico.
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. (Mateo 19:21)
Este joven tenía una pregunta que lo mortificaba. ¿qué bien haré para tener la vida eterna? (Mateo 19:16)
No estaba seguro de su salvación a pesar de ser religioso y tener dinero.
Se le presenta el chance de su vida, preguntarle directamente al Maestro Jesús.
¿Qué era lo que tanto anhelaba este joven? ¿Cuál era su sueño? Pensamos que él quería heredar la vida eterna.
Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? (Mateo 19:17-20)
Jesús le dice, mira qué bien! Hay una vacante para ti en mi proyecto, en mi orquesta. Vende lo que tienes y VEN, SIGUEME. Invitación directa para cumplir su sueño de heredad la vida eterna. Invitación a ser parte de la iniciativa de salvación más grande que el mundo haya visto.
Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Mateo 19:22)
Dejó ir la guagua/bus. Desperdició su chance de ser parte de los discípulos de Jesús. Una oportunidad que no volvió.
La oportunidad de contribuir a la obra de Dios. El caso de Ananías.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. (Hechos 5:3-4)
La iglesia estaba en expansión.
Qué lindo es poder contribuir con una iglesia o proyecto que está avanzando.
El obstáculo que presenta el amor al dinero. ¿De qué sirve la riqueza si no estás dispuesta a servir o ayudar a otros? ¿Para qué Dios permite que tu manejes tanto dinero? ¿Para comprarte una Louis Vuitton solamente?
Por su amor al dinero, Ananías perdió la oportunidad de disfrutar la bendición de ver cómo su contribución se convertía en un gran apoyo a una iglesia en franco crecimiento.
La oportunidad de recapacitar…… y arreglar su vida. El caso de Judas.
Jesús había anunciado su traición 3 veces. El día de la cena le da el último chance al traidor. Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. (Lucas 22:21)
Ahora es fácil para muchos apoyar la teoría de que Judas estaba predestinado para ese rol porque lo leemos como parte de la historia. Pero si nos colocamos en ese momento en el tiempo cuando Jesús abiertamente dice quién lo va a entregar yo me pregunto ¿Qué fuerza tan grande impedía a Judas caer de rodillas y decir: Maestro soy YO? ¿Porqué perdió esa oportunidad? Sin duda fue su última.
La oportunidad de salvación. El caso del rico.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. (Lucas 16:24-26)
¡Sálvame que me estoy quemando! ¡Haz algo por mí! Ya no hay más oportunidad para ti varón. Tantas veces que escuchaste mensajes de salvación y dejaste pasar la oportunidad.
Amigos, no sabemos cuándo será tu última oportunidad de salvar tu alma.
Si no hubiera fumado tanto, mi salud fuera otra. Son hubiera desperdiciado mi tiempo, hoy fuera profesional. Si no hubiera gasta tanto dinero en apuestas y vicios hoy tuviera una casa propia. Son frases tristes que se escuchan con una frecuencia impresionante.
Pero hoy hay esperanza. No esperes llegar al punto de decir: “Si me hubiera convertido a Cristo……”
¿Vas a dejar perder esta oportunidad?
Si quieres aceptar a Cristo hoy solo tienes que con fe y sinceridad orar una simple oración:
Señor Jesús, reconozco que soy un pecador. Perdóname, lávame con tu sangre y hazme una nueva criatura para ti. A partir de hoy te declaro mi Señor y Salvador. Dame fuerzas para serte fiel hasta el final. En el nombre de Jesús. Amén.
Te invito a que empieces a asistir a una iglesia cristiana donde se enseñe la Biblia. Si quieres contarme lo que te ha pasado, escríbeme: lahorafeliz@hotmail.com
Twitter: @josueceballo
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