martes, 26 de mayo de 2009

Copiando de la Biblia.

En el año 1973 el ingeniero espacial de la NASA Joseph Blumrich diseñó la sofisticada nave que aparece en el dibujo, basado en la descripción que el profeta Ezequiel da en La Biblia sobre una “nave celestial” que se presentó frente a él (Ezequiel 1).

¡¡Blumrich terminó por patentar las ruedas de esta avanzada nave espacial!!

¿Cuántas otras cosas similares habrán copiado los hombres de la Biblia?

Colaboración: Zunilda Williams
Editado por: jbc

miércoles, 13 de mayo de 2009

Se equivocó de funeral

Hay un propósito en cada cosa que le sucede a los que le sirven al Señor. El no comete errores, nos coloca donde debemos estar. Así que disfrutemos la vida en Cristo. Nunca sabemos donde su mano nos puede guiar.
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Angustiada por el vacío que experimentaba, ni siquiera sentía lo duro que era el banco donde estaba sentada. Estaba en el funeral de mi mejor amiga- mi madre. Ella finalmente había perdido su larga batalla contra el cáncer. El dolor que yo sentía era tan intenso que a veces hasta sentía dificultades para respirar.

Mi madre siempre me apoyó. Ella era la que más fuerte aplaudía durante mis presentaciones en la escuela, me pasaba los pañuelos desechables para que secara mis lágrimas mientras me escuchaba contarle acerca de alguna desilusión en el amor. Fue una fuente de consolación cuando falleció mi padre. Me motivaba todo el tiempo cuando estaba en la universidad y oró por mí durante toda mi vida.

Cuando a mi madre se le diagnosticó su enfermedad, mi hermana acabada de dar a luz a un nuevo hijo y mi hermano estaba recién casado, así que prácticamente toda la responsabilidad de atender a mi madre cayó sobre mí, la 27 añera, hija del medio sin ningún tipo de compromiso sentimental. Lo asumí como un honor. Pero ahora ¿qué? Me preguntaba mientras estaba sentada en la iglesia.

Mi lugar siempre había sido al lado de mi madre, preparándole sus comidas, ayudándola a caminar, llevándola al doctor, supervisando sus medicamentos, leyéndole la Biblia. Ahora ella estaba con el Señor. Mi trabajo había terminado y yo había quedado sola.

En ese instante escuché una puerta abrirse y cerrarse de golpe en la entrada de la iglesia. Pisadas apresuradas se escuchaban en el pasillo. Un hombre joven un poco sofocado entró y luego un momento escudriñando por un lugar donde sentarse terminó sentándose al lado mío. Colocó las manos en sus rodillas y permaneció en silencío reflexivo por unos minutos. Luego sus ojos comenzaron a brillar por las lágrimas y comenzó a sollozar. “Llegué tarde” dijo. Aunque francamente no era necesario dar explicación alguna.

Después de varias discursos de elogios hacia mi madre fallecida durante el culto memorial, el joven se inclinó hacia mí y me preguntó: “¿Porqué insisten en decirle Margarita a María?
- “Porque ese era su nombre, Margarita. Nunca supe de nadie que la llamara María”. Le respondí.

En ese momento pensé ¿no había otro sitio donde este hombre pudo haberse sentado en la iglesia? Me estaba interrumpiendo con sus lágrimas y lamentos, pero además ¿Quién era este tipo que nadie conocía?

En eso me replicó insistiendo: “No, eso no es cierto” mientras varias personas alrededor comenzaron a mirar hacia nosotros mientras conversamos. “Su nombre es María, María Marte”
- “Esa no es ella”
- “¿Esta no es la Iglesia Menonita?”
- “Nooo. La Iglesia Menonita es la que queda en la otra cuadra”.
- Oh!
- Señor, creo que usted se equivocó de Funeral.

A pesar de la solemnidad del momento, el descubrimiento de que este hombre había cometido un error de ese tipo me causó tanta risa que tuve que cubrir mi rostro con mis manos esperando que la gente a mi alrededor no se diera cuenta sino que pensara que estaba sollozando. Sin embargo, el sonido del banco de madera que se producía al yo no poder contener mi risa me delató. Las miradas de reproche de las personas participantes solo me provocaron más risa.

Torné mi mirada hacia a este desconcertado y confundido hombre sentado al lado mío y vi que también estaba riéndose. Al darse cuenta que no había mucho que hacer pues ya era tarde como para levantarse y salir furtivamente de la iglesia. Decidió quedarse. Me imaginé que hasta mi mamá se hubiera reído ante esa situación.

Al concluir el servicio, estando en el parqueo, él se aventuró y se acercó a mi diciendo: “Creo que seremos el tema de conversación de la ciudad por un buen tiempo”, mientras sonreía. Se presentó y dijo que su nombre era Ricardo y ya que se había perdido el funeral de su tía, me invitó a tomar un café.

Esa misma tarde comenzó un largo viaje para mi y este hombre que se equivocó de funeral pero estuvo en el lugar correcto. Un año después de ese episodio, nos casamos en una pequeña iglesia en las afueras de la ciudad donde él servía como Asistente del Pastor. En esa ocasión ambos llegamos a tiempo y a la misma iglesia.

En un momento de dolor, Dios me hizo reír. En un lugar de soledad, Dios me dio un amor. Este mes pasado, celebramos nuestro aniversario de bodas número 22.

Donde quiera que nos preguntan cómo nos conocimos, Ricardo siempre dice: “Su mamá y mi tía nos presentaron, y te puedo decir con sinceridad que nuestro matrimonio fue organizado en el cielo”.
Autor: Desconocido
Contribución: Ramona (Grace) Ceballo
Traducido por: jbc

sábado, 9 de mayo de 2009

Sácale una enseñanza

Prepárense que esta sí que es una idea rara.

Por favor dediquen unos minutos a ver este video que seguro hará que sus ojos quieran salirse de sus cavidades. Pestañeen y aclárense los ojos pues lo que están a punto de ver provoca una mezcla de asombro y risa.

No sé si esto fue un simulacro de evacuación masiva de una ciudad o es algo que pasa con regularidad en alguna ciudad asiática, pero lo cierto es que nunca había visto nada igual, ni siquiera en los tiempos en que fui un asiduo usuario de la ONATRATE
(Ja! Se lo dejo de tarea a esta nueva generación).

Sin embargo, y sin temor a que me tilden de fanático, el objetivo clave de compartir este video en mi blog es invitarles para que lo vean y vayamos a otro nivel, al nivel del Reino. Quiero desafiarles a que lo observen con otros ojos, los del alma y piensen en alguna lección espiritual que podamos sacar de estas imágenes.

¿Creen que sería posible que algo que se transmite por el Internet con fines de chiste, asombro o simple dato curioso pueda ser usado para llevar una palabra de fe? Si tu respuesta es afirmativa, escríbeme lo que te llega (lahorafeliz@hotmail.com) y entre las reflexiones que reciba, publicaré aquí la que tenga más “sabor”.

¿Te atreves? Te desafío a que dejes que el Espíritu Santo te use para edificar a muchos.

¡En comunión!