martes, 11 de diciembre de 2012

Un año más navegando

Hace unos días un compañero común de casi todos me preguntó que donde estaba mi mensaje que acostumbro a enviar durante la navidad y le dije que venía en camino, aunque tenía mis dudas sobre si encontraría la inspiración necesaria para escribir algo que valiera la pena, ya que ustedes saben que cuando las cosas se hacen por rutina como que pierden el "gustico". Sin embargo, de manera inesperada, recibí un mensaje con el link que aparece más abajo y que aunque estaba vinculado a un mensaje con un objetivo distinto, me expuso a una realidad que me hizo pensar en la razón adecuada para molestarlos en este día.


Les invito a que vean el video. No es necesario verlo completo, creo que con tres minutos bastaría para entender a plenitud su implicación o lo que tengo entre manos.

En principio parecería no haber identificación alguna, a parte del asombro, entre lo que presenta el video y la mayoría de ustedes que ni nadar saben (ja!) pero si lo observan bien, si aclaran un poco la visión, si afinan un poco el foco se darán cuenta que todos y todas hemos estado en ese barco. Que a todos nos ha tocado una marea alta, un mal tiempo, un mar picao', la antesala del fin. Tal vez algunos de ustedes estarán pasando por algo similar en estos precisos momentos. Un mar turbulento que amenaza con hundir la nave. No dudo que para algunos este 2012 que está por concluir quedará registrado como uno año lleno de oleajes de intensidades inusitadas.

Esa noción me empujó a tocar la puerta de tu corazón para compartir contigo las siguientes palabras: Aunque el mar de tu vida se sienta bravísimo y a tu barca se le esté metiendo agua hasta por arriba, estoy convencido de que la orilla está más cerca de lo que te imaginas. Si no la ves, probablemente es porque estas mirando en la dirección equivocada. Levanta la mirada y busca la cruz.


Feliz Navidad mi gente! y un año 2013 en que puedan ver más estrellas que nunca!

En Comunion!

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