sábado, 23 de octubre de 2010

Un asunto de valores

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8


Nuestra sociedad pregona a cada momento de que estamos viviendo en una seria crisis de valores. No hay que hacer mucho esfuerzo para confirmarlo.

¿Qué es lo comienza a parecer común, obvio o normal?
- La Homosexualidad.
- Las uniones libres.
- Algunos llegan al extremo de expresar que el "hombre/mujer serio(a) la pasan mal"
- La filosofía de que el fin justifica cualquier medio o en palabras más llanas: Para llegar al éxito hay que hacer lo que sea. Esto incluye, aceptar prebendas y sobornas, así como cualquier propuesta sexual de alguien que esté en alguna posición de poder.

La descomposición social no es un invento nuevo.

Joel 3:3
y echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber.

Yo creo que no se puede caer más abajo que eso. Es la consecuencia natural de una vida de pecado. Mientras el pecado esté latente en la humanidad, el ser humano, de la época que sea, se constituye en un ser capaz de cualquier cosa. El pecado contamina todo. En todo lugar y en todo tiempo.

La sociedad enfrenta una necesidad urgente de valores. Ahora bien, ¿quién en este mundo puede exhibir/ayudar/proveer un referente de los valores que se requieren?
Valores no circunstanciales, sino valores permanentes. 4X4. A toda prueba
-¿Los profesores?
- ¿Los policías?
- ¿las figuras de la televisión?

Veamos algunos ejemplos bíblicos.

No acepto tu recompensa. El soldado y Joab. 2 Samuel 18:10-12

10 Viéndolo uno, avisó a Joab, diciendo: He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina.

11 Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata, y un talabarte (= cinto donde se colgaba la espada. NE)

12 El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón.

¿Decirle no al jefe? un tipo revestido de autoridad y de temperamento fuerto.
¿Pero muchacho tu te estás volviendo loco? No tienes idea de la fama que podrías adquirir cuando le enseñes a tus amigos el talabarte que te regalo el General.

Este soldado estaba muy claro de que había uno por encima del General, que lo sabría. Hay uno por encima de tu jefe que te ve y que sabrá si aceptaste una recompensa sucia, recompensa a precio de una desobediencia.


El caso de Nabot. 1 Reyes 21:1-3

1 Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria.

2 Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero.

3 Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.

¿Era Nabot una persona demasiado psicorígido que no tuvo la nobleza de darle su tierra al Rey? Total, le iban a dar una mejor.

En la superficie, pudiera parecer que sí, que Nabot debió ser más "diplomático". Sin embargo, un análisis del sistema legal hebreo nos permite darnos cuenta que Nabot no estaba siendo "rosca izquierda", sino que estaba obedeciendo una ley ancestral y que muy probablemente Acab lo supiera.

Cuidémonos de aquellos que nos hacen favores para luego pasar factura.

Números 36:7
para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres.

El profeta Ezequiel abunda aún más sobre este principio establecido en el código mosaico.

Y el príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, para no defraudarlos de su posesión; de lo que él posee dará herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de mi pueblo sea echado de su posesión. Ezequiel 46:18

Nabot pagó muy caro su apego a esos valores que habían sido inculcados en él desde sus inicios. Pagó con su vida.

¿Cuánto vale tu integridad? ¿Hasta cuándo estarías dispuesto(a) a soportar?

Veamos un último caso.

Cero caso a la presión de grupo. El caso de Micaía.
Algunos de los argumentos más comunes en la presión de grupo pudieran ser los siguientes:
- Todo el mundo lo hace
- Yo sé que no está bien, pero para que no me ataquen.

1 Reyes 22:13
Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito.

Nota al margen: A mi me parece que este mensajero fue usado por el mismo espíritu que cientos de años después utilizó a Pedro para tratar de convencer a Jesús para que cambiara el camino a la Cruz.

Volviendo al episodio de Micaía. 400 contra 1. ¿y así quien puede?
Los valores y principios de Dios no cambian y ellos, no la gente ni sus prácticas, deben ser mis referentes.

Obedecer a Dios antes que a cualquier hombre.
Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré. (1 Reyes 22:14)

Sin duda que estamos ante un desafío continuo.
- Parece que no vale la pena ser bondadoso, justo en este mundo malo
- Parece que no vale la pena servirle a Cristo con pasión

Miqueas 6:8 presenta tres principios directos. Principios que nos indican el tipo de valores que debemos exhibir y mantener.
- Hacer Justicia
- Amar Misericordia (Ser bondadoso)
- Humillarte ante tu Dios (vivir humildemente ante Dios)

¿Quieres ir en contra de la corriente que abunda en este mundo? Acepta el reto. Es sólo cuestion de valores.